miércoles, 20 de febrero de 2008

Llueve


Ya se sabe que en Sevilla la lluvia es maravilla...


No puedo evitar ponerme nostáliga, qué tendrá esta bendita agua que me hace recordar otros tiempos, sobre todo los de mi niñez, cuando jugaba a meterme en los charcos al salir de la escuela. Llegaba a casa empapada y recibía los cariñosos cuidados de mi madre.


Me quitaba la ropa mojada y me ponía el pijama, calentito...con ese olor a ella, a mi casa, a mi hogar. Y ahí me pasaba la tarde, refugiada en mi castillo como una princesa de cuento... o sentada en la encimera de la cocina, escuchando las historias que me contaba mi madre mientras hacia la cena.


Me vienen recuerdos de amores pasados, de besos, de caricias, de emociones donde la lluvia estuvo presente, como queriendo ser testigo y protagonista de aquellas historias.


Me encanta, me encanta dormir a su arullo, y mirarla a través de mi ventana mientras trabajo, sentirla unos instantes en mi cara...oler a tierra mojada.


Ojalá se quede unos días más.



8 comentarios:

Anónimo dijo...

Bendita lluvia...ya es hora de que lloviera.

A mi también me produce nostalgia la lluvia, además de un inmenso y relajante placer escuchar su sinfonía y contoneo en el silencio de la noche.

Estimula el ambiente familiar, invita a sentarse en el brasero con un buen libro a leer y estudiar, o simplemente a escuchar la música que desees...la lluvia es necesaria, a iguales condiciones que el sol. Ni más ni menos.

Lo peor...cargar con el paraguas todo el día y poner todo perdido.

Besos corazón de melón

Carmen dijo...

Cuando hay tormenta, busco unas velas y las pongo cerca, a mano, casi siempre suele ocurrir un apagón, aunque sea breve, y harán falta si no nos queremos quedar a oscuras.

Para mí no dejará de sr divertido :-))

Lo del paraguas puede llegar a ser una lata, lo que más me molesta es meterlo en el coche mojado, bueno, eso una vez que he conseguido cerrarlo sin meterme una barilla en el ojo o engancharla en el ojal del abrigo o en el sitio menos esperado...jaja, reconozco que soy algo torpe, quiero hacerlo tan bien...que intentando ocupar mi asiento sin mojarme y cerrando a la vez el dichoso artilugio la acabo liando más.

Un beso, guapísimo.

Anónimo dijo...

Lo de las velas es normal, las empresas eléctricas aquí en Sevilla ofrecen un servicio pésimo. A mi me gustan mucho las velas y su olor, tener la casa aromatizada y ambientada con esa luz tenue.

Y lo del paraguas es desastre total...hoy se me ha vuelto a romper una barilla, tengo el gafe con los paraguas. Por si te sirve de consuelo yo también soy un torpe con el paraguas.

P.D.:ten cuidado con el paraguas y no te vaya a desgraciar tan joven y guapa..jejejej

Un besazo.

Carmen dijo...

Las velas, las flores secas..no sabes lo que me gusta perderme por el Ikea mirando estas cosillas.

Así que has roto el paraguas, ayyy, si es que ya no son como los de antes, recuerdo el que usaba mi abuelo, ese no lo partia ni un huracán..jaja.

Gracias por el piropo, resalao.

Besos.

el aguaó dijo...

Pero sólo unos días más amiga Aliena, que una Cuaresma mojada no me termina de gustar. Y no digamos una Semana Santa.

La lluvia tiene un olor y una sensación especial. Pese a mi primer párrafo, me encanta la lluvia. Me encanta escucharla. Olerla. Sentirla. Una tarde en tu casa, con un buen libro o una buena película, mientras fuera ruge el repiqueteo del agua es maravilloso. O un paseo por el centro.

Ahora eso sí, mi capillismo me puede, y la lluvia mejor cuando pase la Semana Santa.

Un fuerte beso.

Carmen dijo...

Aguaó, corazón,

Es que hace tanta falta...

Esperemos que no nos llueva para Semana Santa, rezaremos para que no ocurra.

Me puse nostálgica...pero si estuviera más cerca el domingo de Ramos me habría sentado de otra manera (sonrío).

Un beso, encanto.

Anónimo dijo...

Anda que no...mi abuela tiene un paraguas de bastón negro que tiene el doble de años que yo. Uno de esos me hace falta.

En el Ikea me siento un poco especial...viendo todas esas parejas con planes futuros de amor y yo con mi hermano (porque ir con mi madre es una perdición) mirando los precios y con esos minilápices. Vamos, que no tiene punto de comparación, aunque esas velitas y hojas secas son una delicia.

El piropo es verdad...así que no es piropo sino espejo de la realidad.

Muito Beigos.

Carmen dijo...

Sí...

A mí me ocurre lo mismo, me gusta ver la ilusión que ponen las parejas en elegir hasta el útlimo detalle, y ahí es verdad que es para volverse locos, con los lapicillos apuntando códigos.

Tú vas con tu hermanillo, yo llevo siempre colgados a mis dos mounstritos destroyers, creo que me los tienen ya fichados por "non gratos"..jaja