miércoles, 19 de diciembre de 2007

Con el paladar perforado por la cocaína


Un hombre de 25 años requiere cirugía reconstructiva tras cinco años de adicción La droga lleva a la muerte de tejidos con los que entra en contacto al privarlos de riesgo sanguíneo

Josep Corbella
Fue en California, en un hospital universitario, por cocaína. Un hombre de 25 años. Incluso a los médicos les sorprendió. Llegó con el paladar perforado, hacía un año que lo tenía perforado, dijo, y la comida se le escapaba de la boca hacia la nariz. Por eso venía, para ver si podían hacerle una intervención quirúrgica para reconstruirle el paladar. Sí que podían. Pero no le iba a servir de nada si seguía consumiendo, porque el orificio se volvería a abrir. "He consumido durante cinco años pero lo he dejado hace poco", dijo, y pidió hora para una segunda visita para preparar la intervención.

El paciente que acudió al hospital de la Universidad de California del Sur en Los Ángeles, del que informan hoy los médicos que le atendieron en la revista The New England Journal of Medicine,es un caso extremo de un problema común, informa José María Palacín, cirujano plástico del centro médico Teknon. "La cocaína es un vasoconstrictor muy potente", explica Palacín, lo que significa que estrecha los vasos sanguíneos hasta el punto de dejar sin sangre algunos de los tejidos con los que entra en contacto. Es tan potente que en EE.UU. se emplea en ocasiones una forma farmacológica de cocaína en las intervenciones quirúrgicas para reducir las hemorragias. Pero cuando se emplea como droga y no como fármaco, este efecto vasoconstrictor lleva a la necrosis de tejidos expuestos a la cocaína: los tejidos mueren al quedar privados de sangre. De ahí que algunos consumidores de cocaína requieran cirugía para reconstruir el tabique nasal. Es un problema con el que Palacín, que se ha especializado en cirugía de la nariz, se encuentra "a menudo": "Incluso en muchos pacientes que no se hacen cirugía nasal por la cocaína sino por otra razón, me encuentro con tejidos deteriorados" por la droga. En pacientes que sí llegan al cirujano por problemas derivados de la cocaína, "el deterioro de los tejidos puede ser brutal". El consumidor de cocaína suele percibir molestias como rinitis, sinusitis o sangrados frecuentes. Lo que detecta el médico puede ser un tabique nasal perforado tras la muerte de las mucosas que lo recubrían. También se observan casos en que mueren las mucosas que recubren las alas externas de la nariz, de modo que muere el tejido externo de la nariz y los orificios nasales se agrandan por los lados. Palacín incluso recuerda el caso de una mujer que perdió el tabique nasal y el tejido que separa los orificios de la nariz, de manera que quedó con un solo gran orificio monstruoso. Sin llegar a este extremo, el paciente de California también tenía dañados los tejidos internos de la nariz. Tenía el tabique nasal perforado, además del paladar. Los médicos tenían previsto reconstruirlos los dos en el quirófano. Cuando llegó el día de la visita siguiente para preparar la intervención, el paciente no se presentó. Nunca ha vuelto a pedir hora.
(Noticia publicada en la Vanguardia.es)

2 comentarios:

Jerusalem dijo...

¡Cuantas consecuencias! me dejas sin palabras al ver de que manera ese "monstruo" nos puede destrozar...

Carmen dijo...

Así es...

Y el daño no es sólo el fício, sino el que causa al sistema nervioso.

Me da miedo pensar en las secuelas que sufrirán los chicos que consumen las nuevas drogas.